28 nov 2010

Protagonistas contra la violencia

Hoy, 25 de noviembre, está institucionalizado como Día contra la violencia machista. Nosotras, como Colectivo Feminista Revolucionario, a pesar de la importancia que vemos en visibilizar esta violencia, buscamos darle otra cara a este día. No soportamos el pesar y el sabor a impotencia que se destila, no queremos para nosotras ni para ninguna mujer que se quede este sabor en nuestras bocas. Desde ellas pretendemos decir como siempre ¡basta!, pero sin la intención de quedarnos ahí. Nuestra propuesta feminista revolucionaria, justamente, revolucionaria porque pretende revolucionarnos a nosotras y a este orden existente, patriarcal, violento, asesino, abusador de mujeres y de niños.
Cero resignación, cero confianza en sus leyes y su política, no podemos quedarnos a la espera de que alguna de sus leyes funcione porque no lo va a hacer, no es desde ahí desde donde va a cambiar nuestra situación. Esta situación de las mujeres, violenta en nuestro día a día, desde las imposiciones estéticas, violentas, hasta los comentarios y miradas condescendientes o paternalistas, violentos, pasando por la concepción de la sexualidad, violenta, y llegando a la violación, el maltrato y el asesinato, no es una situación que ha venido sola, de por sí, sino que viene de bastante lejos y necesita de un cambio profundo en nuestras relaciones desde ya. Porque podemos enfrentar la violencia cotidiana, la pequeña y la de gran escala, la de los hombres que comparten nuestras vidas y la de los que representan y dirigen Estados y religiones que deciden que seamos lapidadas, abladas, perseguidas, acosadas, veladas o madres a la fuerza... y un largo etcétera. Vivimos en una cultura patriarcal, pero eso no impide que sigamos siendo protagonistas de una afirmación como género, ni que podamos continuar el camino de tantas mujeres, que han hecho una larga revolución feminista que sigue en curso.
Desde luego plantaeárselo desde la individualidad es importante, aunque también insuficiente, incluso puede llegar a ser muy frustrante. Es por eso que proponemos partir de una posible y real hermandad entre mujeres, que esté llena de solidaridad, de cuidado y de apoyo mutuo, que esté alerta, que esté viva, que sea creativa y afirmativa, que alimente (como no ha dejado de hacer a pesar de los infinitos intentos del patriarcado) la vida y la humanidad. Esto es, que revierta este orden de cosas, pues no sólo es violento (con especial inquina) hacia nosotras sino hacia el conjunto de la humanidad y del resto de la naturaleza. Y todas estas grandes palabras pueden vivir -y viven, de hecho-, desde ahora mismo, dejando de ser cómplices de este patriarcado, afirmando una conciencia de género y la construcción de verdaderas redes y relaciones que permitan hacerle frente, que nos permitan construir buenas y nuevas relaciones para tod@s.

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