1 abr 2013



POR UN 8 DE MARZO DE LAS MUJERES

Como todos los años, el pasado 8 de marzo, miles de mujeres salimos a las calles del mundo reivindicando libertad. Si bien es verdad que esta manifestación supone un momento de encuentro importante, de unión y solidaridad para nosotras, no podemos mirar hacia otro lado ante la realidad esperpéntica, política y patriarcal de algunos sectores que, sin duda intentaban tomar las riendas de la situación usurpando a las mujeres su protagonismo.
Hablamos principalmente de ese bloque de estética y formas militares de la izquierda, compuesto principalmente por hombres, que con largos estandartes e instintos primarios gritaban (o garruleaban)  mensajes como “obrero despedido, patrón colgao” o “nosotras parimos, nosotras decidimos”  irónico ¿verdad?
Hablamos también del oportunismo político que, alimentándose de la desigualdad entre géneros y de la violencia patriarcal hacia las mujeres, nos mira desde el condescendiente paternalismo estatal y parece decir no os preocupéis mujeres, nosotros estamos aquí.
Tampoco podemos hacer caso omiso a los tintes con los que determinados sectores de mujeres tiñen la esencia de nuestra lucha. Parece ser que para dichos sectores la mani no comienza hasta las 22.00h, cuando se hace un llamamiento a todos aquellos “cuerpos leídos como mujeres” a “seguir el humo y el grito de la manada” para conquistar la libertad que nos es negada en la noche, reproduciendo en métodos y formas la actitud de los mismos que nos la arrebatan. ¿Cómo queremos organizarnos? ¿Qué tipo de lógica pretendemos afirmar? Somos mucho más que cuerpos que puedan ser leídos, escritos o modificados, somos mujeres y unidas podemos cambiar el mundo.
Ante semejante panorama las compañeras y amigas del Colectivo Feminista Revolucionario (CFR) reivindicamos un 8 de marzo de las mujeres, libre de paternalismos políticos, libre de violencia patriarcal. No es este un espacio donde alimentar los egos de aquellos machotes que van de libertadores. Es nuestro espacio, el de las mujeres, que unidas alimentamos conciencias y esperanzas, reflexionamos, soñamos y nos conquistamos una alternativa diferente a la que amablemente se nos ofrece dentro de este sistema que se desmorona.
Es por esto que cantamos orgullosas y con alegría “Somos la luna que mueve las mareas, cambiaremos el mundo con nuestras ideas”.

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